El lugar elegido por el Gran Capitán, eran unas tierras que los Reyes Católicos le habían concedido por su participación en la guerra de Granada, en esas tierras cercanas a Granada en una inclusión nocturna, fueron sorprendidos por tropas moras y casi pierde la vida, gracias a que un servidor se interpuso a la lanza que le lanzaron. Por eso él consideraba ese lugar como el que volvió a nacer, y él quería que en ese lugar se construyera el monasterio y su lugar de descanso eterno.
Pero a los monjes no les parecía el sitio más apropiado por su lejanía de la ciudad, y el difícil acceso para acarrear materiales, por eso decidieron construirlo más cerca de la ciudad fuera de sus tierras, donde actualmente está. Don Gonzalo Fernández de Córdoba se enfadó por su decisión, retirándose del proyecto.
Una vez que entras en el recinto nos encontramos con una gran explanada y antes de subir las escaleras pasamos por un empedrado de varias figuras entre ellas el escudo de Carlos V, este se cree que es el primer empedrado de Granada.
Entrando a la izquierda nos encontramos cuatro celdas capillas que eran de los cuatro frailes que supervisan las obras del monasterio. En la sala Capítulo de Monjes que nos la encontramos a continuación, es una sala renacentista donde se reunían los padres monjes, en el centro de la sala hay una estatua de San Bruno (fundador de la orden) de José Mora y a su lado la virgen del Rosario
talla de José Ruiseño que está hecha de madera por un escultor que trabajaba el mármol y el barro, y en el otro lado tenemos un Ecce Homo en terracota del siglo XVI de los hermanos García. En el lado opuesto está la maqueta del convento de cómo estaba en su inicios y un cuadro de Vicente Carducho que representa una cruz se inclina al paso de un monje, y al lado está la Virgen dándole las gracias al monje por mantener la tradición de inclinar la cabeza cada vez que pasa por un cristo crucificado.
Al lado se encuentra la sala Capítulo de Legos donde se reunían los monjes Legos.
Se continua por la galería del patio y llegamos a la sala de Profundis esta sala era utilizada para oraciones y ceremonias religiosas dedicadas a los monjes fallecidos. En la sala hay un enterramiento que se cree que es de un caballero 24 que puede ser el que financió parte de la obra del monasterio. Ahí apreciamos el cuadro de Fray Juan Sánchez Cotán, de este fraile hay muchas pinturas en el monasterio la obra que cubre toda la pared es un Trampantojo como si fuera el presbiterio del altar
(el Trampantojo es una técnica artística que busca crear una ilusión óptica haciendo que algo plano parezca tridimensional y real.
De vuelta otra vez al corredor del patio por una puerta lateral se accede a la iglesia del monasterio de estilo gótico, donde quedamos impresionados por las maravillas artísticas que nuestro guía Isaac nos estuvo explicando con todo lujo de detalles.