El pasado martes 10 de junio de 2025, el grupo de alumnos y alumnas del curso de Patrimonio Cultural y Medioambiente del SEP El Valle (Melegís) disfrutamos de una jornada inolvidable en Nigüelas, uno de los pueblos con más encanto del Valle de Lecrín, donde la historia, la naturaleza y la tradición conviven en perfecta armonía.
Comenzamos nuestra visita en el Ayuntamiento de Nigüelas, conocido popularmente como la Casa Zayas, una elegante casa señorial de origen noble que hoy sigue siendo corazón administrativo del municipio. El edificio conserva su estructura tradicional, con un bello patio interior, galerías de madera y detalles arquitectónicos que nos hablan del esplendor de otras épocas. Acompañados por Franci, nuestra guía —encantadora, cercana y con un gran conocimiento del lugar—, pudimos conocer no solo el interior de la casa, sino también su precioso jardín romántico, un rincón escondido lleno de vegetación, fuentes y rincones sombreados que evocan paz y serenidad.

Tras esta interesante primera parada, paseamos por las calles y plazas del casco antiguo, disfrutando del ambiente tranquilo, las casas encaladas y el mimo con el que el pueblo cuida cada detalle. Continuamos la jornada con la ruta de senderismo de La Pavilla, un recorrido natural que nos llevó por antiguos caminos entre bancales, acequias y vegetación autóctona.
Uno de los momentos más destacados fue la visita a la impresionante Falla de Nigüelas, una formación geológica visible a simple vista que da testimonio de los movimientos de la Tierra a lo largo del tiempo. Más adelante, ascendimos hasta llegar a la cascada, un lugar fresco y lleno de vida que nos ofreció un merecido descanso entre el rumor del agua y la belleza del paisaje.
A la vuelta, hicimos una parada muy especial en la almazara antigua del pueblo: un edificio nazarí construido entre los siglos XII y XV considerado como uno de los más antiguos de España. Allí aprendimos cómo se producía el aceite en tiempos pasados. La visita terminó con una degustación de tres variedades de aceite de oliva virgen extra, en la que descubrimos aromas, sabores y calidades que nos ayudaron a valorar aún más este producto fundamental de nuestra cultura mediterránea.
Y para cerrar el día, disfrutamos de un almuerzo tradicional que nos dejó un sabor inmejorable en el Restaurante La Erilla. Comenzamos con un refrescante remojón granadino, seguido de un delicioso arroz con carne y marisco, y como postre, dos bolas de helado de leche merengada que pusieron el broche dulce a una jornada redonda.Fue un día para aprender, disfrutar y compartir. Nigüelas nos abrió sus puertas con generosidad y nos regaló una experiencia que quedará en nuestra memoria. Recomendamos esta visita a todos aquellos que deseen reconectar con la historia, la naturaleza y el alma de nuestros pueblos andaluces.