El Padul tiene una gran tradición vitivinícola, hay testimonio pues aparece en el XVII en el catastro que el rey Carlos III encargó al marqués de la Ensenada.
El catastro del Marqués de la Ensenada se realizó entre 1719 y 1756 y es una fuente histórica valiosa que proporciona información detallada sobre la riqueza y propiedades de los habitantes de Castilla. En el caso específico de Padul el catastro incluye datos sobre la extensión de las tierras de viñedo. Según catastro Padul contaba con una cantidad significativa de hectáreas dedicadas al cultivo de la vid.
Estas tierras eran esenciales para la economía local, ya que la producción de vino era una actividad agrícola importante en la región. El catastro detalla no sólo la extensión de las tierras de viñedo, sino también la calidad del suelo y las variedades de uva cultivada.
La plaga de la filoxera llegó a Europa desde América del Norte en la década de 1860. En España la filoxera comenzó a afectar los viñedos en la década de 1870 y se extendió rápidamente por todo el país. En el caso específico de Padul, la plaga llegó a finales del siglo XIX devastando los viñedos locales obligando a los viticultores a adaptar nuevos cultivos.
Con la llegada de portainjertos resistentes a la filoxera se volvió a la plantación de nuevos viñedos, pero ya en pequeñas parcelas y dedicada su producción a la elaboración de mosto para el consumo propio. Al ser producciones para consumo propio las técnicas de elaboración eran descuidadas o eran inexistentes.
En la época de vendimia funcionaban varios lagares como el de las Miguelitas y más posterior Confite, Machete, Andrés el pintor, y otros más, donde vecinos llevan su uva y en el lagar la prensaban y el zumo se lo llevaban a su casa, y sin más control de fermentación el mosto fermenta y se convertía en vino, y lo que salía normalmente vinos de baja graduación alcohólica, falta de aromas, y gustos a veces mejorables, se compartía con los amigos en tertulias y surgían las clásicas comparaciones entre unos y otros, de ahí que en 1998 la comparsa los trianeros decidieron hacer el primer concurso de mostos de Padul. Este fue el embrión que usó D. Joaquín Cenit concejal del Ayuntamiento para impulsar algo donde los aficionados a la viticultura pudieran reunirse e intercambiar conocimientos.
En 1999 un grupo de 10 vecinos aficionados a la viticultura crearon la Asociación vitivinícola de Padul con el objetivo de mejorar la calidad de los vinos de Padul y provincia. Se plantaron vid de variedades más aptas para la vinificación, hubo que aprender y enseñar técnicas de cultivo y elaboración de vinos, se dotó a la asociación de un laboratorio y se equipó para poder hacer los controles de maduración óptima de la uva, comprobar los parámetros que tiene el mosto en el inicio de la fermentación alcohólica, cuando termina la fermentación y durante toda la vida del vino. La calidad del vino mejoró mucho e incluso surgieron pequeñas bodegas.
Y como dicen sus estatutos siguen cada año colaborando con el Ayuntamiento en organizar un stand en la feria Agroalimentaria y de Turismo, y organizando el concurso de mostos este año es el XXV, siendo este stand el gran tirón de la feria por su excelentes vinos y buen tapeo.
Paco Garzón
* El mito de Baco y el vino
Según la tradición romana, Baco descubrió la vid mientras vagaba por el mundo enseñando a los hombres el arte de cultivar la tierra y gozar de sus frutos.
En un viaje, encontró una planta desconocida, la vid, y decidió plantarla en la tierra y para protegerla la cubrió con huesos de ave, de León y de burro según iba creciendo.
Este acto simbólico explica los efectos del vino sobre el ser humano:
Con una copa de vino te da la ligereza y alegría de un gorrión.
Con varias copas la valentía y euforia de un león.
Y pasado de copas….el descontrol y torpeza de un burro.